Aveces para contar las historias de amor tenemos que empezar por los desamores. Generalmente encuentran su media naranja pero ya no está completa, le faltan trozos pequeños de ambos lados...
Y desde mucho antes, yo la esperaba...
Fuimos los mejores amigos en aquello días
a los que llaman comúnmente adolescencia,
y esto nos duro algunos años más.
perdón, me retracto, hasta ahora.
Era especial, principalmente conversadora
y un tanto aventurera para romper reglas,
nada sin permiso de mamá.
Escapamos de nuestro mundo conocido
y bajamos cientos de veces caminando,
compartimos clases, campamentos y paseos
con tal de pasarla juntos; como amigos, simplemente amigos.
Era un refugio en tiempos de vanidad
donde fingir no tenía importancia
porque era ella y yo, bueno más ella.
Puede que algunos amigos la querían más,
en días de ilusiones en realidad la deseaban,
pero me tenía a mi y yo la tenía a ella;
no era necesario una relación de pareja.
Debió ser así para siempre, mejor que no.
Junto a su cintura añoraba ver su ombligo
y me desesperaba por sus ojos negros,
la falta de pasión al abrazarnos cambió
y no pude resistir el paso del tiempo,
y aunque era feliz, eso no me bastó.
Ella dio el primer beso a este cobarde,
lo que siguió se cuenta en frases breves
pues la ame tanto como me fue posible,
los paseos se convirtieron en viajes,
no necesitabamos campamentos o clases
como pretexto para estar juntos,
la felicidad era muy evidente.
En aquellos tiempo fuimos tan felices,
perdón, me retracto, hasta ahora.
O si les molesta la melosidad podríamos resumir así: 61 meses como amigos, 50 como enamorados y 16 como novios, hasta que...
Nos casamos, solo porque nos amábamos,
nada de letras pequeñas, nos amábamos, en el mes de la primavera, 23 de setiembre para ser exactos, desde aquel día especial vivimos juntos en una relación casi perfecta llamada matrimonio.
La felicidad ha continuado con sus altibajos
hasta el día de hoy, por otros 119 meses
y la amo por lo que significa en mi vida.
con un amor real sin restricciones,
sin mucho drama, peligro o aventura
solo lo necesario e imprescindible,
amor puro y verdadero,
reflejo opaco del Sublime Amor.
la felicidad era muy evidente.
En aquellos tiempo fuimos tan felices,
perdón, me retracto, hasta ahora.
O si les molesta la melosidad podríamos resumir así: 61 meses como amigos, 50 como enamorados y 16 como novios, hasta que...
Nos casamos, solo porque nos amábamos,
nada de letras pequeñas, nos amábamos, en el mes de la primavera, 23 de setiembre para ser exactos, desde aquel día especial vivimos juntos en una relación casi perfecta llamada matrimonio.
La felicidad ha continuado con sus altibajos
hasta el día de hoy, por otros 119 meses
y la amo por lo que significa en mi vida.
con un amor real sin restricciones,
sin mucho drama, peligro o aventura
solo lo necesario e imprescindible,
amor puro y verdadero,
reflejo opaco del Sublime Amor.
¿Y quien dijo que las mejores historias de amor tienen cosas prohibidas, dramas, peligros o aventuras?, debió ser alguien que no tiene idea de que es el amor. Ya que las verdaderas historias de amor son aquellas donde una de las partes entrega un amor PURO y VERDADERO desde el principio (incluso antes, esperando) hasta el final, eso es realmente amor. Algo casi imposible para la gente comun y reservado para quienes pretenden alcansar la felicidad.
Más aun, si los dos entregan un amor así, eso si sería UNA HISTORIA DE AMOR PERFECTA.
Y Rose, fruto de ese amor... continuará...
