Jamás pienses que tengo el alma más fuerte
que el de los demás, pues de hecho te equivocas, el ocaso de mi vida se
resume a una tristeza que hay en mi alma convertida en gozo o en sonrisa con la fuerza de mi furia, pues
no conoces al pequeño ser que tengo
adentro, aquel de niño llamaba llorón y ahora de grande se ríe de mucho, no me culpen de sonreír
mucho o de buscar la soledad, te
aseguro yo tampoco la busco, lo necesito
y en ello me fortalezco.
Construí mi filosofía robando un poco
de filosofía de los demás, especialmente
de aquellos que amaban la soledad y habían aprendido a sobrevivir en ella, construir su refugio
allí, que no los lleve a
desalentarse sino a fortalecerse en ella.
Me gusta la colina antes que la ciudad
prefiero estar solo a que conocer más gente, pues he estado en ese lugar al que
llaman ciudad y he conocido muchas personas, sé que de nada sirve, pero acabo
de tener un nuevo vecino y es que esta colina cada vez se puebla más, ya llegara
la hora de mudarme de nuevo, quizás más arriba de la colina, y allí no me verán
más, quizás me encuentre allí a alguien. De niño cuando pensaba que la ciudad
era buena, la desprecie, y quizás ahora se ría de mí y me repita, te lo dije,
es que nadie más como el conoce la
ciudad, creo que ya alistare maletas pues acá abajo empiezo a desconfiar pues
ya me fallaran, y mejor busco refugio antes que me den por la espalda, donde
más me duele.
Subiré y mientras más suba
veré las estrellas más cerca, ellas
no me defraudaran, solo espero
que también de vez en cuando me visiten, que yo siempre
los ayudare y bajare a llevar mis
provisiones y me gustaría llevarme una
rosa para tenerla allá arriba , pero sé que pido demasiado.
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