Si
escribo algo al reverso de la foto no es porque solo quiero hacerlo sino
también porque se me hace necesario
poder mostrarme que aun allí estas presente.
Puedo
tomar tu foto y observarte detenidamente, pero si te hubiera presente cada
instante, tus fotos solo servirían de
adorno en mi cuarto. Pero ya que no es así, cada foto tuya es una extensión de
tu yo.
Hay
algo del cual me quejo es que estas simples hojas (por más caras que sean) no
pueden captar la inmensidad de tus ojos que no serán grandes, pero si los
más profundos.
De
eso quizás me quejo, y si busco un culpable culparía a la ciencia y a mi mente que no contiene la suficiente
memoria como para retener tu imagen por el resto de mis días.
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